sábado, 1 de mayo de 2010

TRANSFORMACIONES

PAISAJES INESTABLES I GALERIA FEDERICO PONCERINI

La instalación es un trabajo de espacialización desarrollado en un área de 9 x 9 metros, a partir de 7 piezas que pueden considerarse según distintas combinatorias: individualmente, en subconjuntos particulares y/o en totalidad.
A partir de sensores climáticos populares, vendidos como souvenir en los destinos turísticos de la costa argentina, la muestra propone un juego de situaciones y ambientes enrarecidos, artificiales e inestables que derivan una lógica de lo transitorio. Una metáfora de la complejidad y lo fragmentario donde el inabarcable y complejo universo de lo variable provoca deslizamientos casi imperceptibles en los discursos y la experiencia.
Las primeras tres piezas desarrollan conceptualmente la idea de símbolo como lugar de inestabilidad de sentido: un mantra. La repetición de los términos: “BUENO”, “iINESTABLE” y “LLUVIA”, sobrecodificados en el uso del sensor climático, tornan sus significados inestables, según la temporalidad de la cadencia de repetición y su escansión.
El significado de BUENO se convierte en INESTABLE, el de LLUVIA se convierte en INESTABLE, el de INESTABLE se torna INESTABLE.
Se alcanza allí un punto de bifurcación que oscila entre la clausura del sentido y su renovación. Entre la concentración de sentido y su dispersión. El valor intensivo de lo sonoro transforma el concepto y la experiencia cognitiva.

Escila. Mantra 1. Textos en neón 64 x 21 x 10

Caribdis. Mantra 2. Textos en neón 64 x 21 x 10

Entre Escila y Caribdis. Mantra 3. Textos en neón 94 x 21 x 10 "Nube

Es decir nube o mar, tormenta y ruido, mezcla y multitud, caos, tumulto. Lo real no es racional. O lo es sólo en el extremo límite. En consecuencia, no hay más ciencia que la de la excepción, de lo raro y del milagro. Sólo hay saber de las islas, de lo esporádico, y de las ultraestructuras. El conjunto de nuestras esclavitudes depende del hecho de que siempre ha habido alguien para hacernos creer que lo real es racional. Y eso es sin duda el poder. Alguien para hacernos creer que el viaje de Ulises, de isla en isla, entre tifones, clamores, bonanza, es mítico." Michel Serres

Red. A la caza de M.D. Sensores climáticos, bolsas y agua. 1.60 x 3.00
Una red de sensores analógicos "capturan" de manera analógica la información climática variable codificando por medio del color y sus transiciones, conceptos de estados del ambiente, según los principios: Azul = Bueno, Violeta = Inestable y Rosa = Lluvia.
La utilización de souvenires populares de viaje y su "low tech", proponen una mirada irónica hacia la sobredeterminación de sentido que propone la tecnología que se constituyen como creencia.

Atracror Extraño. Polieter y Plotter de corte. 0.50 x 2.00
En Atractar extraño, dicho concepto es relacionado con la construcción fonetica que metaforiza la deriva de la lengua en su intento de dar sentido al mundo y a la actividad caótica que despliega. El lenguaje prefigura al concepto de atractor extraño de manera “precisa”. El universo de posibilidades combinatorias y variables, siempre diferencial, incluye entre esas posibles instancias, la repetición, considerandola variable de sí misma, donde la estructura moebiana da cuenta de una temporalidad cíclica. Toda formalización se transforma en una instancia diferencial cada vez. El lenguaje se hace nudo, en el intento por "decirse" a si mismo que provoca eventos en continuo desplazamiento.

Archipiélago fonemático. Ploter de corte sobre panel. Medidad Variables
Archipiélago fonemático, es una pieza que opera a partir de la representación de los fonemas, de la palabra inestable, como islas asignificantes que organizan archipiélagos transitorios de sentido.

Rememoración. Nube alfanumérica. Medidas variables
Nube alfanumérica es un "móvil", que materializa un acto de rememoración codificado a partir del código alfanumérico. Durante los dos últimos días de la exposición cada uno de las partes del móvil fueron entregadas a los visitantes de la exposición, en una acción que supone la obra como soporte de lo dialógico. Un acto de memoria abierto a la construcción azarosa de una rememoración futura.


Nota: Los textos que dan forma a esta “Visita Guiada Virtual”, pueden considerarse el fracaso de la intención que articula la exposición: dar cuenta de la experiencia de un espacio y sus estados transitorios de dispersión/concentración de sentido. Solo pueden ser tenidos en cuenta como una forma de documentar la muestra por otros medios, lo cual implica una pérdida insustituible de información. Entonces, esto constituye, la experiencia del naufragio de aquella experiencia.

viernes, 30 de abril de 2010

RESEÑA CRITICA POR LUIS ESPINOSA

Dante Poletto presenta una instalación basada en souvenirs que cambian de color según el clima. Barquitos de plástico o vidrio transparente que se venden en la costa argentina, zona de balnearios donde infinitas vidrieras ofrecen además, artesanías realizadas con caracoles con la leyenda “Recuerdo de...” nombrando la localidad.
Esos misteriosos recuerdos tornasolados, que también representan lobos marinos, hipocampos o delfines están coloreados por detrás de su transparencia con una pintura especial que se acciona con la humedad ambiente o con secreta magia y cambia de color para anunciar el buen tiempo, la lluvia o el estado intermedio de inestabilidad.
Obligado para el turista es el comentario asombrado acerca de la infalibilidad de la predicción: “Hoy no va a ser día de playa. Va a llover”
Un código binario se compone de dos elementos. SI / NOCada uno de estos polos es ocupado por una instancia que ve en el otro polo a su opuesto, pero al mismo tiempo este opuesto termina siendo el único referente obligado que define su yo. “Soy lo otro de aquello que tengo enfrente”, dirían replicándose, sin poder verse cada uno a sí mismo.
Superando esta imposibilidad, Poletto descubre la estructura ternaria de los Barquitos pronosticadores. A los dos polos se suma un intermedio. Y es justamente desde ese nuevo lugar desde donde se tiene conciencia de las dos posiciones extremas. Un tercer estadio más apto para percibir la totalidad.Si la tendencia es a llegar a uno u otro extremo, el estado intermedio es el que genera mayor tensión. A la vez el que media desde un equilibrio que jamás encuentra su centro.
La solución que invoca la instalación de Poletto se expresa en el ámbito del lenguaje, ese sistema de códigos en el cual vivimos. Las tres palabras que nombran el sistema se muestran doblemente en neón superpuesto del color correspondiente al sensor del clima, azul - para el buen tiempo,violeta - inestable,rosa - lluvia.
A esto se superpone todavía otra capa de sentido que, desde el título de las obras, le da a BUENO el nombre de Escila, a LLUVIA el de Caribdis. El mito griego nos muestra a dos doncellas transformadas en monstruos marinos custodiando un estrecho paso del mar. Odiseo debía atravesarlo con su barco por el centro, pudiendo ser destruido por una o por otra. Estar entre Escila y Caribdis expresa la tensión entre los dos peligros en los que se expresa la existencia.
Esta situación eleva la experiencia estética de la muestra lejos de la anécdota climática de donde fue tomada. En el plano simbólico constituye un código de la vivencia humana. El estar siempre en el punto inestable de la existencia teniendo que rozar los límites en cada acto. Una doble condena.
No es ajena a este vértigo la búsqueda de un referente, un pronóstico que tranquilice, que refiera al control de ciertos poderes cósmicos que de por sí se saben indomables.Y hurgamos hasta percibir que la vida se juega en la estructura de un circuito que tiende a repetir su movimiento hasta el infinito.
El marino gesticula sus fonemas. Hace partícipe al cuerpo, del verbo que lo sostiene. Codifica el gesto tal vez a la espera de encontrar un método para descifrarlo. Pero es inútil, el esfuerzo se va en aferrarse al timón para evitar caerse.La letra intenta reconstruir un discurso que se diluye en la sal. El grito es ahogado aún antes de ser proferido. Pero el viento hincha las velas y de la tarde a la noche puede formular promesas.
Al destacar desde el título “Paisajes Inestables” que ese es nuestro lugar esencial, el debate humano, la instalación pone en evidencia el movimiento que veníamos haciendo al circular por la sala.
En ese tránsito encontramos una red que cuelga desde el techo sosteniendo en cada nudo uno de esos barquitos que desde su color nos señala el destino. Cada uno al alado de otro, se multiplican hasta más allá de lo visible evidenciando el pedido urgente de una señal.
Más allá se clasifican en bolsas aquellos puntos extremos en los que nos reconocemos balbuceando fonemas, palabras, intentando sentidos. Lo poderoso de la instalación es hacer visibles algunas intuiciones, ayudando a orientar una proa que se cree a la deriva.
En el barco de Odiseo nos lanzamos a la aventura intentando captar los mínimos cambios en la atmosfera, ese indicio del universo que nos diga hacia dónde debemos voltear el timón. Atrapados en las redes de un mar peligrosamente calmo, miles de Odiseos tensamos los músculos compensando con sutiles reacciones el balanceo.En esta tarea, “inestables” puede entenderse como “atentos”.

miércoles, 28 de abril de 2010

COMENTARIO QUERIDO

Dante,
quería dejarte una breve reseña de algunas sensaciones que me dejó la muestra. Desde la puesta, las transiciones y cambios sutiles: de color por la inmanejable humedad, juegos de sombras, diferentes capas que se ligan, se autonomizan, siempre en relación, o la pregunta que suscita, sugiriendo y describiendo algo tan visible que habitualmente no se ve. La mezcla de literatura, meteorología, mito, hábito, y lo que esto supone en lo cotidiano-doméstico, el apego a un objeto nimio como hipotético control de lo incontrolable, modos más o menos desesperados de tener certezas, alguna seguridad. El problema del dos y el tres, el movimiento que el último provoca y la labilidad de lo que está en medio (bueno – malo: qué sería bueno, malo…) de uno y otro, es decir lo inestable, el riesgo latente de vivir, el pasmo y la mueca que eso -lo real- nos produce. Como algo que siempre está a punto de descomponerse, aunque vuelva rehacerse un poco nuevo, un poco inactual, siempre un poco distinto. Bueno, en fin, si pudiera describirla con una palabra, sería sutileza.

Un beso

Adriana